martes, 4 de noviembre de 2014

Capítulo 10: Hiro, una nueva obsesión.

Tomé aquella copa de vino mientras miraba a Laura a sus ojos. Me tomó de la mano y me hizo bajar al salón. Ella rebuscó en la estantería, al girarse tenía uno de sus vinilos en las manos. Sin dejar de sonreír, se acercó al equipo de música y abrió la tapa del plato de vinilo, colocó el disco y la aguja con gran delicadeza. A los pocos segundos empezó a sonar una canción que a ambos nos traía buenos recuerdos. Ella me hizo un gesto y me invitaba a bailar.


- ¿Te acuerdas de esta canción?
- ¡Cómo olvidarla, Laura! Fue la de nuestro primer beso.
- Sí, en aquella disco... que jovencitos éramos...
- Dieciocho añitos, pero, ¿sabes una cosa?
- Dime.
- Sigo viendo en tus ojos a aquella chica a la que llevé a dar una vuelta en mi Rover.
- Y yo a aquel chico un poco tímido que estudiaba ingeniería, que tenía la habitación llena de revistas de coches y discos de grupos de rock duro... Y a pesar de todo, sigo tan enamorada de él como el primer día.
- Lo mismo digo.
En ese momento le di un abrazo. En un año nos habían pasado tantas cosas. Lo importante es que Laura ya estaba mejor, era un alivio volver a ver su sonrisa.
Pocos días después celebre también otro aniversario, el de mi noviciado con los Mid Night Club. Me presenté a aquella batalla con una mezcla de miedo y emoción. Al llegar al punto de encuentro, alguno de mis compañeros todavía no había llegado. Pude ver algún coche con las pegatinas del club que no había visto nunca antes. Uno de ellos era un Ferrari 348tb, lo estaba mirando cuando un aullido de revoluciones desvió mi mirada, llegaban Kenji, Toshi y Masao al mismo tiempo, seguidos por un llamativo RX-7 fucsia. El conductor de ese Mazda era nada más y nada menos que mi vecino, Kazuma, que estrenaba en esa batalla el coche.
Todos nos acercamos a Toshi y Masao. Toshi empezó a hablarnos.
- Caballeros, tenemos que tomar ciertos cambios en nuestras reuniones. A partir de ahora nuestro punto de encuentro será en los alrededores de Yokohama, acabaremos en las cercanías de Tokyo, en una gasolinera. Nuestro territorio es la Wangan, aunque saldremos de vez en cuando a otras rutas de la autopista, si retamos a alguien o nos retan a nosotros a ir allí...
- Nadie se atreve a retarnos, Toshi.
- Kenji, no interrumpas. Hoy no nos ha retado nadie, pero sé que la semana que viene es posible que nos reten. Sé que los de ABR han preparado un Z32 para un hashiriya misterioso, más potente que el tuyo, Kenji.
- No  puede ser...
-Sí -dijo Smokey- he oído por ahí que ha traído un motor muy misterioso desde Estados Unidos.
- ¡Me da igual! -dijo Kenji-, mi Z será el más rápido de todo Japón.
- Tranquilos -terció Toshi-, hoy el protagonista será Devil.
Al decir esa frase me miró.
- Dime Toshi, estoy listo.
- Hoy es tu último día de novato. Dime, ¿Quieres seguir con esto?
- Sí. Estoy listo.
- Muy bien, te enfrentarás hoy a Ryunosuke.
Miré entre mis compañeros para ver quien era, entonces vi que un hombre me hacía una reverencia, a la que le contesté, y se subía en aquel Ferrari 348tb.
Me subí a mi R32, lo arranqué y puse rumbo hacia la salida, sería distinta, el ganador sería el primero en llegar al peaje del final de la Wangan, allí nos reuniríamos todos.
Cuando dieron la salida, pude ver como el Ferrari me adelantaba. Me pegué a él y seguí acelerando. Tuve que esquivar a un par de camiones, aunque después pude adelantarlo. Empecé a vigilar cada vez más mi velocidad punta, podía ver al Ferrari por mi retrovisor, pero a una distancia lo suficientemente amplia como para no preocuparme porque me adelantase. En ese momento llegó la sorpresa. Tras la instalación de los nuevos inyectores y la nueva electrónica, la velocidad punta ascendió hasta unos 305 km/h.


Llegué el primero, mis compañeros me recibieron con gritos levantando sus brazos. Toshi se acercó a mí y empezó a hablarme.
- Enhorabuena, desde 1985, cuando se fundó nuestro club, no ha habido un novato tan bueno como tú. Bienvenido Devil.
- Gracias.
Le hice una reverencia a Toshi. Él hizo un gesto al que respondieron Kenji, Masao y Smokey. Toshi se colocó al lado de mi R32. Ellos empezaron a colocar las pegatinas oficiales del club en mi coche. Ya era oficial, ya pertenecía al grupo de pilotos ilegales más importante de todo Japón.
Recuerdo perfectamente que aquellos días fueron muy convulsos para mí. Recuerdo ir un día a ver el bonito Rainbow Bridge y allí vi a uno de los Hashiriya más importantes de Japón. Viendo la estampa nocturna de Tokyo con Laura, el sonido de una descarga de turbo me sacó de las vistas, me giré y pude ver la estampa de un Porsche 935 negro, era él, no había duda, acababa de ver al Kuroi Inazuma. Sabía que el relámpago negro frecuentaba la ruta Daiba por la que transcurría el Rainbow Bridge, pero verlo en directo me impresionó.
Otra cosa que también me impresionó fue conocer a Hiro. Era el propietario de ese Z de los talleres ABR que tanto misterio y revuelo había causado.
La batalla contra él fue un desastre, Kenji y yo nos enfrentamos a él, luchando desesperadamente para alcanzarlo, pero fue en vano. Nos venció, la primera derrota del Mid Night Club. Jamás olvidaré aquella lucha, limpia y feroz contra Hiro y su maldito Z32. Hiro fue aceptado como miembro de pleno derecho del Mid Night Club. Eso hizo que pudiese conocer su coche y enterarme de que su misterioso motor provenía de un prototipo hecho en Estados Unidos para batir récords de velocidad en el lago salado de Utah. Según me confirmó el propio Hiro, rendiría unos ochocientos caballos al freno. Debo decir que Hiro era todo un caballero, su honor hacia sus rivales y respeto era digno de admiración. Recuerdo que al finalizar aquella batalla consoló a Kenji por su derrota, animándole a no rendirse y seguir mejorando. A mí también me habló.
- Devil, había oído hablar mucho de tí, eres tan buen hashiriya como dicen. Eres todo un hombre de honor.
- Hiro, esta derrota es la primera del Mid Night Club. ¡No sabes cómo me avergüenzo de deshonrar así al Club!
- Tus palabras te ennoblecen. Has luchado con todo tu honor y valentía, sin rendirte. Amigo, serás el mejor.
En aquel momento levanté la vista del suelo y miré a los ojos de Hiro.
- Tendré mi venganza. Te ganaré.
Hiro sonrió y me miró.
- Si pierdo contra alguien, quiero, que seas tú Devil. 
Volví a mirar su coche, aquel Z32 tendría algún punto débil. Sólo tendría que averiguar cual era.
Sabía que llegaría la hora de mi venganza, sabía que el honor del Mid Night Club se había mancillado. En aquél momento, yo me consideraba el único capaz de recobrar el honor para mi club. Sería capaz de todo, hasta de morir si me permitiese ganar a Hiro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario