domingo, 12 de octubre de 2014

Capítulo 6: Todo cambió en Agosto.

Aquel viernes tenía una batalla y como era un novato no podría faltar. Una de las cosas que me empujaba a ir a esa batalla era el hecho de ver en acción el nuevo Z32 de Kenji. Cuando acabé de cenar me subí en mi R32 y me puse en ruta hacia el punto de encuentro, como siempre en un área de servicio. Me fijé muy bien en mi coche, sería la última vez que lo vería con especificaciones de calle. A la semana siguiente ya lo dejaría en Nismo para que procediesen al aligerado y refuerzo del chasis. El resto, salvo algún pequeño detalle del motor, seguiría de serie por un tiempo. Quizás la siguiente evolución fuesen los frenos y la amortiguación. Mientras conducía pude ver como un Lotus Europa me hacía luces y me adelantaba, era Kazuma, mi vecino.
Llegamos prácticamente juntos al punto de encuentro. Allí ya estaba Toshi y Kenji, junto con un par de periodistas de la Option a sus coches. Las fotos que se hicieron famosas fueron las tomadas de día, pero aquellos periodistas querían ver las máquinas en acción.


Al verme, Kenji se acercó a mí.
- Por fin has llegado. ¡Este es el Gaikoku no Akuma! -dijo a los periodistas, que se acercaron corriendo-.
- Hola -dije tímidamente-. MI coche es ése.
- ¡Si no es más que un BNR32 de serie!
- Las apariencias engañan -dijo Toshi-. Parecede serie, pero fue capaz de vencer al viejo Z de Kenji sin despeinarse.
- Se trata de la variante Nismo, algo más ligera que la V-Spec. Alcanza unos 270 kilómetros por hora... Pero voy a evolucionarlo un poco más, nueva admisión, escape electrónica y chasis retocado.
- Interesante, cuando lo tengas listo nos gustaría sacarlo en la revista. Tenemos que irnos.
- Toshi, ¿a quién nos enfrentaremos hoy?
- Esta bien que lo preguntes Akuma. Es un Hashiriya -piloto ilegal en japonés- independiente. No es gran cosa, sólo lleva un Ferrari 348 de serie. Suficiente para que tu le ganes.
- No creo que pueda vencer a un Ferrari, su velocidad punta es superior a la mía.
- Puede ser, pero tú cuando sufres la ansiedad de la máxima velocidad te creces como nadie, él no. A parte, ese tío no supone ningún peligro, no es el Kuroi Inazuma  -relámpago negro-.
- ¿Quién es ese?
- Es un corredor que se juró derrotar a los Mid Night. Sólo sé que ha invertido más de dos millones de dólares en preparar su Porsche 930.
El sonido del V8 del Ferrari nos interrumpió. De él se bajó un hombre de mi edad acompañado de una preciosa chica. Por lo que pude deducir después, aquella chica era una famosa cantante japonesa. Ella se acercó a mí
- ¿Tú serás mi rival hoy?
- Sí.
- Está bien.
Contaba con que el piloto fuese el hombre, pero me daba igual. Kenji sería el encargado de dar la salida. La chica confiaba demasiado en su Ferrari, ya que dijo que no le importaba batirse con los dos, por lo que a última hora se decidió que Kazuma fuese el encargado de dar la salida.
Al entrar en la autopista Kazuma nos dio la salida tocando el claxon. Aceleré mi R32, que se vió superado por Kenji y el Ferrari. Kenji se alejaba con sonoras llamaradas que salían por el escape con cada cambio de marchas, mientras que el Ferrari parecía un objetivo alcanzable. Lo adelanté sin piedad y, aprovechando el rebufo de Kenji, aceleré lo máximo pero no pude alcanzarlo. Cada vez se distanciaba más y más. Recuerdo que mi velocímetro alcanzó hasta 265 kilómetros por hora, que Kenji había desaparecido y que al Ferrari lo veía como una macha roja lejana a través del retrovisor.
Al llegar al final del recorrido pude ver a Kenji tomando la ruta de regreso pero perseguido por un NSX de la policía. Cuando me di cuenta, otro estaba detrás de mí. Aceleré y tomé el desvío que me llevaría de vuelta al lugar de inicio, pude ver que el coche patrulla se quedaba cada vez más rezagado,así que pude huir con facilidad. Al llegar al punto de inicio todos estaban tranquilos, la policía ya hacía rato que no nos seguía.
- ¿Hace cuánto que los has despistado?
- Unos tres minutos. Ha sido muy fácil.
- Los coches de servicio público no pueden sobrepasar los 160 por hora. Es la ley -dijo Toshi-.
- Eh tío -dijo Kenji-, he llegado a los 300.
- Bueno dejad de hablar, ¡hay que irse! -dijo Toshi-. Volveremos a vernos en unos meses.
Todos obedecimos. De regreso a casa tuve la suerte de no toparme con ningún policía.
Al lunes siguiente entregué mi coche a los de Nismo. Con el presupuesto planeado me alcanzaba no sólo para aligerar el chasis, si no también para instalar una amortiguación y unos frenos como los del R32 del campeonato GT. Instalarían también unas nuevas llantas, otras Volk TE-37, pero de color dorado y para montar neumáticos más anchos. Ya de paso, les pedí que me lo pintasen de negro, que el rojo no me convencía del todo. Me prometieron tenerlo listo en el plazo de dos meses, y lo cumplieron. Sin embargo, no pude probarlo en la Wangan por que aún nos parecía pronto después de la última vez.
Fue pasando el tiempo, mi nuevo cometido fue el de diseñar unas turbinas de mayor flujo para el nuevo modelo de competición basado en el R33 y estaba planeando montarlas en mi R32. Recuerdo que en agosto fue cuando se presentó al público el primer prototipo de calle del R33 presentación a la que acudimos Laura y yo. A ella ya se le notaba el embarazo de manera evidente.
Pero recuerdo que la pesadilla comenzó unos días después, cuando recibí una llamada por la tarde, en mi oficina. Una voz de mujer llamaba en nombre de Laura, el mensaje hizo que mi vista se nublase:
- Buenas tardes, le llamo del Hospital Universitario de Tokyo. Lamento informarle de que su esposa está ingresada aquí con pronóstico reservado. Le agradeceríamos que acudiese lo antes posible.


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