domingo, 28 de septiembre de 2014

Capítulo 4: Batalla a medianoche.

Era mi primera batalla como miembro oficial del grupo, no podía faltara ella. La verdad es que estaba muy nervioso. Tenía miedo de no cumplir las expectativas del club y que me expulsasen en mi primera batalla.
La tarde anterior a la batalla me la pasé instalando en mi R32 unas nuevas llantas y neumáticos, con el fin de bajar un poco el peso y mejorar el agarre. Las llantas eran unas Volk TE37 blancas, de 17 pulgadas y los neumáticos unos Yokohama Advan que eran prácticamente unos slicks legalizados para circular por carretera.

Ya tenía en mente unas cuantas modificaciones para hacer más rápido mi R32: más piezas de carbono, un kit de carrocería aerodinámico, nuevos frenos, suspensión más firme y unos retoques en el motor. Recuerdo que las llantas las había sacado "de tapadillo" de Nismo. Al trabajar allí, le pedí al encargado un juego más, para mí, que conseguí con un jugoso descuento.
Cuando llegó la hora salí de casa disparado hacia la batalla. Por el camino me encontré con otros coches de los Mid Night, uno de ellos el Z de Toshi, que me saludó con indiferencia. Faltaban unos diez minutos para la medianoche cuando llegué a la estación de servicio de Narita, pero ya había gente allí. Entre ellos vi a Kenji, que me hizo señas para que aparcase a su lado, Toshi aparcó su Z al lado de mi R32. Kenji se acercó a nosotros.
- Buenas noches, nuestros rivales todavía no han llegado.
- ¿Se habrán echado atrás? -dije-.
- Nadie reta a los Mid Night, falta a su palabra y rompe su compromiso tan a la ligera -contestó Toshi-.
Dicho eso se dio la vuelta, Kenji se acercó a mí.
- No se se lo tomes a mal. Es muy desconfiado. No te odia, de hecho te respeta mucho. Oye, hoy será la última batalla de mi viejo S30, a la próxima traeré mi nuevo Z32 biturbo. 
- Bien, ¿cuántos caballos tiene?
- En esta primera evolución tendrá unos 450, pero aspiro a subirlo hasta 600. ¿Y tu R32 cuántos tiene?
- Unos 350, pero está aligerado.
- Si me permites un consejo, instala una jaula antivuelco completa, desnuda el interior y déjalo lo más parecido al de Grupo A. Si quieres, puedo dejarte pruebas de revistas...
- Gracias, no es necesario, conozco bien el R32 Grupo A.
- De nada amigo.
Kenji era muy amable conmigo, el resto de miembros también, ya que durante la espera estuve hablando con ellos. Toshi era el único que parecía hostil conmigo. Uno de los miembros, que conducía un R32 dorado, se acercó a mí. Ese tío llevaba gafas y tenía una pinta de frikazo que no podía con ella. 
- Hola, no nos han presentado. Aquí todos me conocen como Smokey, quería conocerte.
- Un placer.
- ¿Tienes casco?
- No.
- Toma este, considéralo un regalo de bienvenida.
- Muchas gracias.
Tan pronto como dije esa frase aparecieron nuestros rivales. Eran dos coches, un Supra y un NSX. Ambos parecían muy preparados. El NSX era rojo, mientras que el Supra era un MK III negro. Se bajaron su conductores y Toshi se acercó a ellos.
- Ya que nos habéis desafiado, la batalla será doble, el recorrido será por la ruta Bayshore hasta Namiki, quedaremos allí al finalizarla misma. A nosotros nos representarán Kenji y el otro novato. ¿Os parece justo?
- ¿El famoso Gaikoku no Akuma?
- Sí, es uno de nuestros novatos. Masao irá detrás vuestro con su 911, en un momento dado tocará el claxon y os hará luces, ahí empezará la batalla.
Todos subimos a nuestros coches, Masao tomó su 911 y lo colocó hacia la salida, los rivales se colocaron delante de él. Mientras me ponía el casco hablé con Kenji.
- ¿Eres un novato?
- Sí, hoy acabo mi "noviciado". Menos mal que nuestra batalla no fue de las oficiales, es decir, que apareciste por allí sin haberte retado y me ganaste, si no me habrían expulsado.
- Oye, ese NSX parece que lleva un turbo, ¿no te da miedo?
- No. La estrategia es la siguiente, el primero de nosotros que se ponga delante le da rebufo al otro. No te preocupes, venceremos.
Asentí ya con el casco puesto, me senté en mi R32 y lo encendí. Kenji hizo lo mismo y nos pusimos delante de Masao. Con él iba Toshi. Podía oír al resto de miembros gritar un "Fowado Akuma" -adelante demonio, en japonés-. Smokey me levantó el pulgar. Kenji desde su coche me dedicó otro saludo militar. Masao tocó el claxón en señal de salida. Tomamos el acceso a la autopista y tras dar una curva pude ver como Masao nos hacía luces y tocaba enérgicamente el claxon. ¡La batalla había comenzado!
Nuestros rivales enseguida nos adelantaron, pero Kenji y yo podíamos seguirlos fácilmente. Al Supra lo adelantamos muy rápido, pero el NSX parecía más correoso. Kenji se puso a su estela y yo a rebufo de Kenji. Fueron unos minutos interminables, ya íbamos a más de 200 km/h y sólo íbamos por el primer tercio de la ruta. Podía notar esa ligera opresión en el pecho que mis compañeros llamaban "la ansiedad de la máxima velocidad". Esquivábamos camiones y coches como si fuesen caracoles. Kenji y yo estábamos adelantando al NSX, íbamos a unos 270 km/h. En ese momento miré a Kenji, que me hizo un gesto con su mano, ahora la batalla se dirimiría entre ambos, en términos amistosos.
Aceleraba sin piedad, notando el sonido de los turbos insuflando aire a toda presión a mi motor y el silbido de la válvula de descarga. Pude adelantar a Kenji, que no se despegó de mi hasta llegar a Namiki. Allí paramos en un área de descanso.
- ¡Menuda batalla! -gritó Kenji eufórico-, ¡somos los mejores!
- Sí, los hemos dejado en ridículo.
Mientras celebrábamos nuestra victoria, aparecieron nuestros rivales y otros Mid Night. Masao y Toshi se bajaron, Toshi se puso entre Kenji y yo y nos alzó los brazos. Nuestros rivales miraban apesadumbrados como celebraban nuestra victoria manteando a Kenji.
Mientras los rivales se iban, posaron a Kenji en el suelo y le dieron la bienvenida como socio de pleno derecho. Toshi se acercó a felicitarme.
- Buena batalla, pero no bajes el listón ni la guardia, esto no ha hecho más que empezar. Así que... no me jodas. ¡No puede ser!
- ¿Qué sucede?
Toshi lanzó un silbido, durante unos segundos pensé que se trataba de una redada policial, pero Toshi enseguida señaló a un chico que se bajaba de un Toyota MR2.
- Ese no es de los nuestros y lleva nuestra pegatina en el parabrisas de su coche. Vamos a darle una lección. ¿Quién tiene un llave de tubo en el coche?
- Yo -dijo Smokey-.
- Dásela al Gaikoku no Akuma, hoy tendrá dos ritos de admisión.
Me pusieron la llave en la mano y me hicieron gesto de acercarme al MR2. Toshi volvió a hablarme.
- Dale una lección a su propietario y muéstranos tu fidelidad al club. Cuando salga el dueño, dile que no debe hacerse pasar por quién es.
Esperamos unos minutos, cuando salió el chico de la cafetería, venía acompañado por una joven con uniforme de camarera, yo me acerqué a la puerta del conductor.
- ¿Es este tu coche chico?
-Sí...
Entonces golpeé el parabrisas delantero del Toyota, hasta tres veces. La chica empezó a chillar mientras agarraba al chico por la cazadora.
- Si vuelves a hacerte pasar por un Mid Night,te quemaré el coche contigo dentro, ¿lo has entendido?
- Sí señor -dijo temblando-. Discúlpeme, por favor.
Me dí la vuelta y volví con los de mi club. Toshi asentía con afirmación mientras a mí me temblaban las piernas.
Volví a casa como si nada hubiera pasado.
Aquella semana recibí una noticia que sería toda una prueba de fuego para mi trabajo de ingeniero. Comenzaba el Campeonato Japonés de Turismos y había que dar la talla.

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